Trivias Sexuales VIII

Cachengue posando para su columna en Playfat(?)

"Te voy a romper el orto

te voy a romper el orto
y de tanto treque treque
te va a salir humo del ojete"

Yayo Guridi, pensador contemporáneo

Momento de relax y del descanso previo a otra semana laboral. Ideal para poner sus prioridades en orden y someterse al multiple choice más íntimo desde el programa sexual de la Mazzoco. Señores, es hora de una nueva Trivia Sexual.

A Mazzoco le damos de a 2,3,4 los que vengan

Admitamoslo. El sexo siempre fue tabu. Incluso ahora que nadie piensa en el fácil acceso que los niños tienen al mismo (?) (Modo Sra Alegría off), siempre existirá ese miedo interior de que estamos haciendo una chanchada divertida (Modo Defensor de pederastas off). Nunca nos animamos a todo. Siempre hay algo que nos encantaría hacer y, por cagazo, no animamos a preguntar.

Ya sea haciendo el amor por enésima con tu novia o un amistoso internacional(?) con esa mina que siempre quisiste, el hombre siempre buscará el premio mayor. Ese acto que no muchas mujeres permiten y que requiere años de práctica en labia para obtenerlo.

En otras épocas (según mi abuelo) pedir un pete era una osadía que se daba muy de vez en cuando. Las épocas victorianas, del Opus Dei y el onganiato (por la Morsa dictatorial Onganía) hicieron mella en la sociedad argentina, limitando el sexo únicamente al amor por procrear. Por supuesto había ambientes en dónde el sexo oral era moneda corriente. Hoy en día, como todos sabemos, se puede obtener hasta por un trago en un boliche. El petiso sigo siendo valorado pero esta aceptado dentro del combo sexual. Agradezco enormemente por vivir en esta época en donde las mujeres han perfeccionado el arte de lamer glandes(?).

Sin embargo, actualmente hay un agujero que casi nunca es entregado a nuestros placeres heterosexuales. En el fondo pedir la cola es una situación siempre incómoda en la que el hombre pide de todas la maneras posibles el poder ingresar ante la ocasional negativa femenina. Benditos aquellos que lograron superar esa primera barrera. Como diría Chuky Laje: "Es muy doloroso yo lo probé".

Esta guacha se ortivó ante el ruego por la entrega de su caquero.

El sexo anal lo conocemos por miles de eufemismos. Entrar el Falcon por colectora, entregá el marrón - incluso algunos bailabamos la tarantelade los decadentes en la cama para pedirlo (?)- jugar los nueve hoyos restantes, poner la nariz entre los cachetes (?), tomar el camino de tierra, me equivoqué de agujero, etc.

Es una enorme presión el pedirlo y a veces termina con amenzas a la Lorena Bobbit. De modo que pedir la cola requiere de filosofía feimmaniana (?) para obtenerlo. Ya sea elegante y citando poemas como José Pablo o bardeando a troche y moche como Eduardito "Fascista de mierda".

Todos queremos asfaltar la colectora (?)



Aquí surge la trivia del día de hoy. ¿Qué tácticas utilizamos para pedir la cola?


El tío Ron (?) te tira las opciones.



A) Lo pide en pleno climax sexual


B) Se hace el boludo y acomoda el amigo


C) Ingresa a lo barrabrava y se atiene a las consecuencias


D) Espera pacientemente unos cuantos rounds y lo tira inocentemente.

No garantizamos que se logre el objetivo con estas elecciones pero por lo menos no se quedará con las ganas de solicitar ingresar a la Dimensión Desconocida del Sexo(?).